domingo, 22 de octubre de 2000

ARTIGUISMO Y ANTIARTIGUISMO

Gral. José G. Artigas
A mediados de Febrero de 1820, tras la derrota de Andrés Latorre en Tacuarembó, Artigas atraviesa el río Uruguay cerca de la barra del Cuareim, y no volverá ya en vida al suelo patrio. Sus enemigos habían triunfado. Los portugueses más visiblemente, pero también, tirando la piedra y escondiendo la mano, el Directorio unitario porteño, presidido por su “querido tocayo, compadre y amigo”, así encabezaba sus cartas a Artigas, a la vez que urgía a Lecor  que nos invadiera- el siempre falso y mediocre José Rondeau, el de la avenida montevideana. También disfrutaban del hecho muchos orientales, porteñistas en primera instancia, pero, según el desarrollo de los acontecimientos, aportuguesándose sin demoras ni sonrojos, dando pruebas del más ágil pragmatismo. Sus nombres figuran en chapas de avenidas y calles de los barrios residenciales capitalinos.